martes, 6 de octubre de 2009

Chryptotermis


Recorro cada uno de estos pasillos vislumbrando débilmente sombras que pasan a mí alrededor, escrutando cada una de las salas sin rumbo alguno. Examinando, palpando… ¡Que difícil es hallar en la oscuridad!. Más aún cuando lo que se busca es algo de lo que ni yo estoy segura de encontrar. Sin embargo, en mi ser, está el afán de seguir adelante, como una voz prometiéndome que si busco, encontraré.
Entre esquinas veo una posible salida a mi incertidumbre, tal vez me acerco cada paso más a mi verdad. Mientras doy movimientos torpes de a poco voy sintiéndome más propia de lo que estoy a punto de alcanzar. Ese deseo al cuál se le suma el éxito de lo que me he sumergido.

El sitio parece irradiar otro aspecto, un aspecto mucho mas limpio y claro de lo que ya estaba acostumbrada. Aunque logro divisar polvo levantado en el aire debido a unos halos de luz provenientes de una ventana que hace parecer aún oscuro y lúgubre el lugar. Sé que queda muy poco para llegar a mi destino…a mi verdad.

Llegando a la ventana veo algo increíble, ¡por fin!, ¡por fin he encontrado lo que tanto buscaba, la escapatoria a mi desolación!
¡OH pobre de mí que siempre tuve la felicidad al alcancé de mí y nunca tuve la capacidad de verla!… Esa luz que tan bella la veía tras esos centímetros de cristal parecía tan hermosa, como el ángel que cae del cielo para levantarte de tu más grande caída. Y estaba allí, a muy poca distancia de la mía. Me de decido en llegar a ella y golpeo duramente el cristal con mi débil cuerpo para poder romperlo y así llegar a mi salvación, por más que intento no logro. Caigo rendida al piso y mil pensamientos se vienen a mi cabeza. Pienso: ¡Tanto esfuerzo para nada!. Reúno fuerzas para dar el último intento y con toda mi adrenalina de pronto me hallo fuera de ese laberinto claustrofóbico.
Con excitación me dirijo a mi propio vicio que pronto rápidamente se convierte en obsesión y por fin lo tengo frente a mí sin ningún obstáculo aparente.
Saboreo el momento… ese placer de estar por fin con lo que tanto ansié y todo parecía estar increíblemente bien hasta que de pronto… un tormentoso dolor hace apagarse mi sistema nervioso y caigo atronadoramente en un delicioso sueño sin fin en el cuál por algún motivo ansiaba desesperadamente…creo que encontré mi solución...

Al otro día cerrando lo poco abierta que estaba la ventana de la casa el hombre se encuentra con un montón de cuerpos pequeños de polillas caídas por la trampa de insectos…



Autor: Angelo Magaña S.

No hay comentarios:

Publicar un comentario